Estocolmo es una ciudad que te atrapa desde el primer momento: elegante, tranquila, con un aire relajado que te invita a pasear sin prisas y con el mar colándose en cada rincón. Construida sobre 14 islas unidas por más de 50 puentes, tiene esa mezcla perfecta de historia medieval, barrios bohemios y arquitectura moderna que hace que cada esquina merezca la pena.
Si estás planeando tu viaje a la capital de Suecia, te propongo una ruta de 2 días para descubrir los imprescindibles de Estocolmo. Es cierto que puedes dedicarle más tiempo a la ciudad y profundizar aún más en sus museos, barrios y rincones escondidos, pero dos días son suficientes para hacerte una buena idea de Estocolmo. Eso sí, conviene tener en cuenta que la capital sueca es una ciudad bastante cara, así que esta ruta te permitirá aprovechar bien el tiempo sin dejarte el presupuesto en el intento. Todo contado para que tú organices el viaje a tu ritmo, sin sentir que tienes que correr de un lado a otro.
Día 1 - Gamla Stan y el corazón histórico
El primer día lo dedicaremos al centro histórico, donde la historia medieval, la arquitectura y la vida urbana se mezclan.
Gamla Stan: callejuelas y plazas medievales
Comenzamos la ruta entrando al Gamla Stan por el Slussbron, el puente que conecta Södermalm con la isla histórica. La sensación al cruzarlo ya es especial: dejas atrás la ciudad moderna y te adentras en calles empedradas, con fachadas coloridas y ese encanto medieval que define a Estocolmo.
Al entrar, te recomiendo dirigirte primero a la plaza de Järntorget, una de las más antiguas de la ciudad. Aquí, antiguamente se comerciaba con hierro, de ahí su nombre (järn = hierro y torget = plaza), y todavía conserva ese aire de mercado histórico con casas de varios siglos. Desde esta plaza se puede aprovechar para desviarse unos metros y visitar Mårten Trotzigs Gränd, el callejón más estrecho de Estocolmo, de apenas 90 centímetros de ancho. Sí, es un cliché turístico y hay uno de estos en cada ciudad, pero cruzarlo es divertido y deja una foto curiosa en tu álbum de viaje.
Volviendo a Österlånggatan (la calle por la que habíamos entrado al Gamla Stan), continuamos hacia Köpmantorget, otra plaza pequeña pero encantadora. Esta plaza tiene dos niveles, lo que la hace visualmente interesante, y es un rincón perfecto para parar a mirar las fachadas y observar la vida cotidiana del Gamla Stan.
Palacio Real (Kungliga Slottet)
Desde Köpmantorget nos dirigimos al Palacio Real, residencia oficial de la monarquía sueca (como oyes, Suecia es una monarquía constitucional) y uno de los palacios más grandes de Europa. Data del siglo XVIII, aunque el lugar ha albergado fortificaciones desde el siglo XIII.
Kungliga slottet, 107 70
Adultos: 200 SEK (19€) | Estudiantes: 180 SEK (17€)
Lunes - Domingo: 10:00 - 16:00
Aunque no entres, no te conformes solo con la imponente fachada. El patio tiene acceso gratuito, ideal para admirar la arquitectura sin gastar un céntimo. Desde allí, te recomiendo girar a la izquierda y salir del palacio por Högvaktsterrassen.
Catedral de San Nicolás (Storkyrkan)
Bajando desde Högvaktsterrassen, llegamos a la Catedral de San Nicolás, también llamada Storkyrkan. Es la iglesia más antigua de Estocolmo, escenario de coronaciones y bodas reales. Su interior alberga tesoros como la escultura de San Jorge y el Dragón, una obra que data del siglo XV. La entrada ronda los 120 SEK (~11,50 €), aunque su exterior es tan impactante que puede ser suficiente para quienes tienen tiempo limitado.
Trångsund 1
Adultos: 120 SEK (11,50€) | Jubilados: 90 SEK (9€) | Menores de 18: Gratis
Lunes - Domingo: 9:30 - 17:00
Museo Nobel
Al lado se encuentra el Museo Nobel, que narra la vida de Alfred Nobel y la historia de los Premios Nobel. La historia es fascinante: Nobel, inventor de la dinamita, quedó preocupado por el uso bélico de su invento y decidió que parte de su fortuna se destinara a reconocer contribuciones sobresalientes en ciencia, literatura y paz. La entrada al museo ronda los 150 SEK y es muy recomendable si te interesa la ciencia, la historia o simplemente tienes curiosidad por saber cómo un sueco cambió el mundo con un testamento.
Stortorget 2
Adultos: 160 SEK (15€) | Estudiantes/Jubilados: 120 SEK (11,50€)
Lunes: cerrado | Martes - Domingo: 11:00 - 17:00 (viernes hasta las 21:00)
Stortorget
Desde allí nos dirigimos a Stortorget, la plaza más icónica de Estocolmo. Rodeada de fachadas de colores y edificios históricos, es el corazón de Gamla Stan. Aquí se siente de verdad el pasado de la ciudad: fue escenario de la Masacre de Estocolmo en 1520 y punto de encuentro de comerciantes desde la Edad Media. Es ideal para sentarse en un banco, disfrutar del ambiente y admirar los edificios.
Riddarholmen
A continuación, callejearemos por el Gamla Stan, pasando por delante del Museo de la Nobleza (Riddarhusset) y cruzaremos a la isla de Riddarholmen, un barrio mucho más tranquilo y solemne ubicado justo al lado del Gamla Stan. Esta isla ha sido históricamente un centro administrativo y residencial de la nobleza sueca. Aquí destaca la Iglesia de Riddarholmen, panteón de reyes y reinas desde el siglo XIII, con un exterior impresionante que refleja la historia de la monarquía sueca.
Desde la iglesia, recomiendo caminar hasta Evert Taubes Terrass, un mirador que ofrece vistas espectaculares tanto de Södermalm como del Stadshuset (Ayuntamiento). La sensación de paz es impresionante, y es común ver a personas tomando el sol en verano, barcos pasando por el agua y un silencio agradable en medio de la ciudad.
Ayuntamiento de Estocolmo (Stadshuset)
Desde la Evert Taubes Terrass, cruzamos la pasarela junto al Centralbron para dirigirnos al Ayuntamiento de Estocolmo, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Construido entre 1911 y 1923 por el arquitecto Ragnar Östberg, combina influencias del renacimiento italiano con el estilo nacional-romántico sueco, y su característico ladrillo rojo hace que destaque desde cualquier punto de la ciudad. La torre, coronada por las Tres Coronas, símbolo nacional sueco, es imposible de pasar por alto.
El edificio no solo tiene un valor estético impresionante, sino que también es escenario de la vida pública y ceremonial de Estocolmo: aquí se celebra cada 10 de diciembre el banquete de los Premios Nobel, en el famoso Salón Azul, cuyo nombre quedó por tradición aunque nunca se pintó de azul. Además, en el Salón Dorado, 18 millones de pedacitos de mosaicos dorados narran la historia de Suecia de manera majestuosa.
Es importante que tengas en cuenta que la única manera de visitar el Stadshuset es unirse a visitas guiadas, con una duración de 45 minutos y organizadas en varios idiomas, aunque sobre todo en sueco e inglés. Los horarios de estas visitas varían en función de la temporada, así que te recomiendo que le eches un vistazo a la web oficial.
Hantverkargatan 1
Adultos: 150 SEK (15€) | Estudiantes/Jubilados: 130 SEK (11,50€)
Lunes - Domingo: consulta en la web oficial.
Aún así, pasear por los patios y jardines del Stadshuset es gratis y ofrece vistas espectaculares de Gamla Stan.
Visitar el Ayuntamiento de Estocolmo no es solo una parada turística, sino también una manera de conectar con la historia, la cultura y la identidad sueca, mientras se disfruta de uno de los mejores miradores urbanos de la ciudad sin necesidad de alejarse del centro.
Drottninggatan
Desde el Ayuntamiento, el paseo continúa subiendo por Drottninggatan, la calle peatonal más conocida de Estocolmo. Es una arteria comercial muy animada, llena de tiendas, cafeterías y vida local. No es la calle más bonita a nivel arquitectónico, pero sí una de las mejores para observar el día a día de la ciudad y hacer una pausa para comer o tomar algo.
Sergels Torg
Siguiendo recto por Drottninggatan se llega a Sergels Torg, una gran plaza de estética moderna que contrasta bastante con el Gamla Stan. Su suelo geométrico en blanco y negro y el obelisco de cristal del centro son ya un símbolo de esta zona. Más allá de su estética, es uno de los principales puntos de encuentro de Estocolmo y un importante nudo de transporte público, ideal para decidir si continuar caminando o desplazarte en metro, ferry o taxi.
El metro en Estocolmo es toda una institución. Más de 90 estaciones están decoradas como auténticas galerías de arte, con murales, esculturas, colores intensos y formas excavadas directamente en la roca. Dicho esto, y siendo realistas, el metro es un añadido interesante, pero no el atractivo de la ciudad. Estocolmo se disfruta sobre todo caminando.
Si aún así te apetece hacer alguna parada concreta, estas son algunas de las estaciones más bonitas y curiosas: Kungsträdgården, Rådhuset, Thorildsplan, Solna Centrum, Slussen, Stadium y Tekniska Högskolan.
Djurgården: la isla de los parques y museos
Desde Sergels Torg puedes acercarte caminando o en transporte público hasta Djurgårdsbron, el puente que da acceso a la isla de Djurgården. Nada más cruzarlo, el ambiente cambia por completo: zonas verdes, paseos tranquilos y una sensación de calma que se agradece después de haber pasado la mañana en el centro.
Djurgården es uno de los grandes pulmones verdes de Estocolmo y alberga algunos de los museos más importantes de la ciudad. Un paseo por la isla ya merece la pena por sí solo, pero si te interesa la cultura, aquí encontrarás varias visitas destacadas:
- Vasamuseet: El Museo Vasa alberga el famoso barco de guerra Vasa, hundido en su viaje inaugural en 1628 y recuperado casi intacto más de 300 años después. Es uno de los museos más visitados de Suecia y una visita muy recomendable incluso para quienes no son especialmente amantes de los museos.
DirecciónGalärvarvsvägen 14
PrecioAdultos: 195 SEK (enero - abril, oct - dic); 230 SEK (mayo - sept) | Menores de 18: gratis
HorarioLunes - Domingo: 10:00 - 17:00
Web Oficial
- Nordiska Museet: Este museo está dedicado a la historia, cultura y tradiciones suecas. Desde la vida cotidiana hasta el diseño escandinavo, es una buena opción para entender mejor el país y su forma de vivir.
DirecciónDjurgårdsvägen 6-16
PrecioAdultos: 170 SEK (16€) | Jubilados: 150 SEK (14€) | De 3 a 18: 75 SEK (7€)
HorarioLunes - Domingo: 10:00 - 17:00
Web Oficial
- Skansen: Este es el museo al aire libre más antiguo del mundo y una de las atracciones más populares de Estocolmo. Se trata de una recreación de la Suecia tradicional, con casas históricas trasladadas desde distintas regiones del país, talleres artesanales y personas vestidas con trajes de época que muestran cómo era la vida rural siglos atrás. Además, Skansen cuenta con un pequeño zoo con fauna nórdica (alces, osos, renos...), lo que lo convierte en una visita muy completa, especialmente si viajas en familia.
DirecciónDjurgårdsslätten 49-51
PrecioAdultos: 305 SEK (28,50€) | Estudiantes/Jubilados: 265 SEK (25€) | Menores de 16: gratis
HorarioLunes - Domingo: consulta en la web oficial.
Web Oficial
- ABBA The Museum: Dedicado al grupo sueco más internacional de todos los tiempos, es un museo interactivo y muy entretenido, incluso para quienes no son grandes fans del grupo.
DirecciónDjurgårdsvägen 68
PrecioAdultos: 239 - 329 SEK | Estudiantes/Jubilados: 199 - 260 SEK
HorarioLunes - Domingo: 10:00 - 18:00
Web Oficial
Östermalm: el barrio aristocrático
El barrio de Östermalm es el epicentro del lujo en Suecia, caracterizado por sus majestuosas como Strandvägen, por la que te recomiendo pasear a continuación, de vuelta desde Djurgården. Edificios señoriales, vistas constantes al agua y un paseo muy agradable, especialmente al atardecer.
Por esta zona pasarás cerca de Norrmalmstorg, donde se encuentra la antigua sede del banco Kreditbanken, escenario del famoso atraco de 1973 que dio origen al término Síndrome de Estocolmo, cuando los cuatro rehenes desarrollaron simpatía hacia sus secuestradores, llegando a defenderlos al ser liberados y negándose a testificar en su contra.
El barrio de Östermalm es el epicentro del lujo en Suecia, caracterizado por sus majestuosas como Strandvägen, por la que te recomiendo pasear a continuación, de vuelta desde Djurgården. Edificios señoriales, vistas constantes al agua y un paseo muy agradable, especialmente al atardecer.
Por esta zona pasarás cerca de Norrmalmstorg, donde se encuentra la antigua sede del banco Kreditbanken, escenario del famoso atraco de 1973 que dio origen al término Síndrome de Estocolmo, cuando los cuatro rehenes desarrollaron simpatía hacia sus secuestradores, llegando a defenderlos al ser liberados y negándose a testificar en su contra.
Kungsträdgården
Siguiendo el paseo se llega a Kungsträdgården, uno de los parques más populares del centro. En verano es un espacio muy vivo, con gente descansando en el césped, terrazas improvisadas y eventos culturales. Un buen lugar para hacer una pausa antes de continuar.
Skeppsholmen
Desde Kungsträdgården nos dirigimos a Skeppsholmsbron, uno de los puentes más elegantes de la ciudad, fácilmente reconocible por la gran corona dorada que lo preside. Cruzando el puente llegamos a Skeppsholmen, la Isla de los Barcos, llamada así porque históricamente fue una zona crucial para la Armada Real Sueca.
Te recomiendo pasear por el camino que bordea la orilla de esta pequeña isla. Es un paseo tranquilo con vistas espectaculares del Gamla Stan y de las fachadas reflejadas en el agua. Un lugar perfecto para sentarse, descansar y simplemente disfrutar del paisaje.
Riksdagshuset
Retomamos el camino desandando lo andado y cruzamos al Gamla Stan por Norrbron, uno de los puentes más antiguos de la ciudad, pasando justo al Riksdagshuset, el Parlamento sueco. El edificio, sobrio y elegante, refleja bastante bien la esencia del país: funcionalidad, discreción y peso institucional sin excesos.
Los miradores de Monteliusvägen y Mariaberget
Cruzamos de nuevo el Gamla Stan y, esta vez, el paseo nos lleva a descender hacia Södra Järnvägsbron para cruzar a Södermalm, una de las islas con más personalidad de Estocolmo. Este barrio, tradicionalmente obrero, se ha transformado con los años en el epicentro creativo y alternativo de la ciudad. Cafés independientes, tiendas de diseño escandinavo, galerías, restaurantes modernos y un ambiente mucho más local lo convierten en un contraste perfecto con la solemnidad de Gamla Stan.
Södermalm es un barrio para caminarlo sin rumbo fijo, observar a la gente, sentarte en un banco o improvisar una parada. Aquí, Estocolmo se siente más cotidiana, menos turística y muy vivida.
La recompensa final llega con la subida a los miradores de Mariaberget y Monteliusvägen, uno de los paseos más bonitos que ofrece la ciudad. Se trata de una zona verde y peatonal que serpentea por la colina, ofreciendo vistas abiertas hacia el Gamla Stan, el Stadshuset, las distintas islas y el mar que las separa.
Es, sin duda alguna, el mejor lugar para ver el atardecer en Estocolmo. En verano, cuando el sol no se pone hasta las 22h, el ambiente aquí es especialmente mágico. Verás a gente paseando tranquilamente, grupos de amigos sentados en el césped disfrutando de las vistas y esa sensación de calma absoluta que define tan bien a la ciudad.
El día termina aquí. Ha sido largo e intenso, lo sé, pero también muy completo. Un primer día en Estocolmo que da para mucho, que te permite hacerte una idea muy clara de la ciudad y que demuestra que, aunque compacta, tiene muchísimo que ofrecer si te gusta caminar y dejarte llevar.
Día 2 - Palacio de Drottningholm y vida local en Estocolmo
Después de un primer día intenso recorriendo el corazón de la ciudad, el segundo día en Estocolmo es perfecto para bajar un poco el ritmo, salir del centro y entender por qué esta ciudad está tan ligada al agua, a la naturaleza y a una forma de vida muy equilibrada.
Palacio de Drottningholm
Uno de los grandes imprescindibles de Estocolmo (y, para mí, una de las visitas que más valor aporta al viaje) es el Palacio de Drottningholm, residencia oficial de la familia real sueca y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La experiencia empieza incluso antes de llegar. Nosotros optamos por ir en ferry desde Klara Mälarstrand, muy cerca del Ayuntamiento de Estocolmo (Stadshuset), y te recomiendo totalmente esta opción. El trayecto dura aproximadamente 40-45 minutos, pero no es un simple desplazamiento, es una pequeña excursión por el Lago Mälaren que te permite ver cómo la ciudad se va diluyendo poco a poco entre islas, casas rodeadas por verde y pequeños núcleos residenciales. Nosotros optamos por hacer el recorrido con la compañía Stromma y pagamos 340 SEK (aproximadamente unos 32 €).
La llegada al palacio por el agua es espectacular. El edificio aparece de forma progresiva, elegante y sobria, muy en línea con la estética sueca.
El conjunto de Drottningholm incluye:
- El palacio, de estilo barroco, construido en el siglo XVII.
- Los jardines, que combinan zonas de inspiración francesa con otras más paisajísticas y naturales.
- El teatro de Drottningholm, uno de los teatros del siglo XVIII mejor conservados de Europa.
Aunque puedes visitar el interior del palacio, incluso solo pasear por el exterior y los jardines (que es gratis) ya merece mucho la pena. Es un lugar para tomárselo con calma, caminar sin rumbo fijo y disfrutar del entorno. Además, hay un café muy agradable, ideal para hacer una pausa y alargar la visita.
Vuelta al centro y paseo por Östermalm
Tras volver en ferry al centro de Estocolmo, el plan perfecto es dedicar la tarde a callejear sin un objetivo concreto, alejándote un poco de las zonas más turísticas.
El barrio de Östermalm, que ya visitamos un poco ayer, es ideal para esto. Aquí no encontrarás grandes monumentos como en el Gamla Stan, pero sí calles bonitas, edificios bien cuidados y parques agradables.
Uno de esos pulmones verdes es Humlegården, un parque muy popular entre los locales. Es habitual ver gente leyendo, paseando o simplemente sentada en el césped cuando el tiempo acompaña. Un buen lugar para hacer una pausa y observar la vida cotidiana de Estocolmo.
Desde aquí, puedes ir caminando hacia calles como Danderydsgatan (o similares de la zona), que no son imprescindibles desde el punto de vista turístico, pero sí interesantes para entender cómo viven los estocolmenses fuera del circuito clásico.
Stora Bageriet y el fika sueco
Siguiendo el paseo de nuevo hacia el sur, una parada muy recomendable es Stora Bageriet, una de las panaderías más conocidas y tradicionales de la ciudad.
Aquí puedes probar uno de los grandes clásicos de Suecia: el kanelbulle (también conocido como cinnamon bun o rollito de canela). No es solo un dulce, es casi una institución cultural ligada al fika, esa pausa diaria para tomar café y algo dulce que forma parte del estilo de vida sueco.
Sentarte un rato con un café y un kanelbulle es, en cierto modo, hacer turismo.
Vistas desde el ascensor Katarina
Desde el centro, cruza de nuevo hacia Gamla Stan para apreciar por última vez el atractivo del casco histórico y cruza a Södermalm por Slussterrassen. Desde aquí puedes subir (totalmente gratis) al ascensor Katarina (Katarinahissen), una de las formas más cómodas, y también curiosas, de ganar altura rápidamente.
Desde arriba, las vistas sobre el Gamla Stan, el agua y las islas cercanas son realmente bonitas. Es un buen momento para detenerse unos minutos, mirar alrededor y hacer balance del viaje.
Paseo por la zona este de Södermalm
Desde aquí, el plan ideal es callejear por la zona este de Södermalm. Mi recomendación personal es que camines tranquilamente hasta Mosebacke Torg, una pequeña plaza con mucho encanto, y si el tiempo acompaña, te recomiendo subir a Mosebacketerrassen. Este bar-terraza es uno de los mejores lugares de la ciudad para tomar algo con unas vistas espectaculares.
Para terminar el día, nada mejor que seguir paseando sin rumbo fijo por Södermalm. La zona de Medborgarplatsen es un buen punto de referencia para acabar tu paseo.
Cena tradicional sueca en Meatballs for the People
Si hay un sitio que te recomendaría sin dudar para probar cocina sueca, ese es Meatballs for the People. Es, probablemente, el restaurante más conocido para degustar las típicas albóndigas suecas (köttbullar), elaboradas con ingredientes locales y recetas tradicionales.
No es un sitio barato, pero tampoco nada caro para lo que es Estocolmo, y la verdad es que vale la pena poder conocer algo de la gastronomía de los lugares a los que se viaja. Es una forma perfecta de despedirte de la ciudad probando uno de sus platos más emblemáticos.
Y con esto, terminamos nuestro viaje. Como habrás visto, dos días dan para mucho si se organizan bien, y esta combinación de historia, barrios con alma, naturaleza y gastronomía te permite llevarte una imagen bastante completa de la capital sueca. Y lo mejor, Estocolmo es de esas ciudades que no se tachan de una lista, sino a las que siempre apetece volver.
¡Hasta la próxima!
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